En el marco de la crianza y la formación de una familia, la carga mental es un concepto que
engloba el conjunto de tareas invisibles y responsabilidades que conlleva la gestión del hogar y
el cuidado de los hijos. Abordar este ámbito de manera integral dentro de un sistema familiar
requiere el compromiso activo de todas las partes involucradas, y aquí es donde una perspectiva sistémica se vuelve fundamental.
Contextualizando Nuestro Pasado
Para entender y gestionar eficazmente la carga mental, es crucial contextualizar nuestro
pasado y lo que hemos aprendido. Esto significa reflexionar sobre de dónde venimos, cuáles
han sido nuestros referentes, cómo y desde dónde ha sido el reparto de roles y las tendencias
que hemos adoptado a lo largo del tiempo. Este proceso de autoconocimiento nos permite
identificar patrones de comportamiento y creencias que pueden influir en nuestra manera de
enfrentar las responsabilidades familiares.
Compromiso de Ambas Partes
En una familia, es esencial que tanto el hombre o segundo cuidador como la mujer o cuidador
principal tomen un papel activo en la gestión de la carga mental. Esto implica que el segundo
cuidador asuma una participación proactiva en la organización de tareas y responsabilidades
diarias, y que el cuidador principal modifique su rol para dar espacio y lugar a esta implicación
sin juicio ni sobreexigencia.
Para el cuidador secundario o padre, ser consciente y partícipe en la organización y
anticipación de todo lo que concierne a la llegada del bebé es fundamental. La preparación del
cuarto, la compra de enseres y la planificación de los primeros días, la elección de la “Preparación a la ma/paternidad”…son tareas compartidas. Participar en controles de embarazo y cursos sobre parto y nacimiento no solo como acompañante, sino también para responsabilizarse del bienestar del bebé y su madre, fortalece el vínculo familiar y proporciona herramientas valiosas para el futuro.
Para las madres o cuidador principal, dejar espacio, reconocer y permitir que el segundo
cuidador participe activamente es crucial. Modificar el rol tradicional de cuidadora exclusiva y
compartir responsabilidades permite un equilibrio más saludable y reduce la carga mental.
Construyendo Normas y Hoja de Ruta Familiar
Ambas partes deben trabajar proactivamente en elegir y delimitar las necesidades y realidades
de cada uno. Construir una hoja de ruta familiar basada en la realidad de la nueva familia
implica consensuar y tomar decisiones de manera conjunta. No se trata de una división estricta
del 50/50, sino de encontrar un equilibrio que refleje las necesidades y capacidades de cada
miembro de la familia.
Comunicación Asertiva y Revisión Continua
La comunicación asertiva es un pilar fundamental para gestionar la carga mental de manera
efectiva. Exponer necesidades, dialogar y crear prioridades de manera conjunta permite un
entendimiento mutuo y facilita la cooperación. Entender el contexto de cada situación y estar
presente emocionalmente es crucial para mantener un ambiente familiar saludable.
Es igualmente importante que la revisión de las normas y acuerdos familiares sea un proceso
continuo. Las circunstancias y necesidades pueden cambiar con el tiempo, y es necesario
adaptar la hoja de ruta familiar para reflejar estos cambios. Esto asegura que ambas partes se
mantengan conscientes y responsables de su papel en la familia.
Entendiendo la Carga Mental
La carga mental es el peso invisible que conlleva la gestión y organización de las
responsabilidades domésticas y familiares. Se refiere a la planificación constante, la toma de
decisiones y el seguimiento de todas las tareas necesarias para mantener el hogar y cuidar a
los hijos. Este concepto abarca desde recordar citas médicas, gestionar horarios y actividades,
hasta anticipar necesidades futuras y resolver problemas cotidianos.
Este trabajo mental requiere un esfuerzo continuo y significativo, que a menudo no se ve ni se
reconoce, pero que es esencial para el buen funcionamiento del hogar. En muchas familias,
La carga mental no solo implica las tareas visibles, sino también el trabajo emocional de cuidar
las relaciones familiares y gestionar las dinámicas emocionales de los miembros del hogar. Es
un esfuerzo constante que requiere atención, previsión y adaptación, y que influye directamente
en el bienestar y equilibrio de toda la familia.
Estrategias para Aliviar la Carga Mental
Desde el embarazo, es vital compartir responsabilidades y estar presente en todas las etapas
del proceso. La preparación del cuarto del bebé, la planificación de compras necesarias y la
organización de los primeros días son tareas que deben ser compartidas. Continuar esta
corresponsabilidad después del nacimiento del bebé, involucrándose en el cuidado diario y las
decisiones importantes, así como la resolución de los conflictos y las dinámicas familiares es
fundamental para mantener un equilibrio saludable.